En el bosque de Anekakanekulo,
Una puchaina multicolor,
Con sus colores brillantes, resplandeció,
Hasta que los fifes la vieron con fervor.
Veintitrés, casi veinticuatro horas,
Corrieron tras su resplandor,
La puchaina asustada, en la espesura,
Buscando un refugio de su temor.
¡Oh, puchaina de mil colores,
Desaparecida en la sombra estás!
Los árboles te dieron cobijo,
En Anekakanekulo siempre vivirás.
Saltando de un árbol a otro,
Tres, casi cuatro se escondió,
El tiempo pasó y se desvaneció,
En la leyenda del bosque quedó.
Veintitrés, casi veinticuatro horas,
Corrieron tras su resplandor,
La puchaina asustada, en la espesura,
Buscando un refugio de su temor.
¡Oh, puchaina de mil colores,
Desaparecida en la sombra estás!
Los árboles te dieron cobijo,
En Anekakanekulo siempre vivirás.
Dicen que en las noches de luna llena,
Sus colores vuelven a brillar,
Y que los fifes siguen su huella,
Sin nunca poderla alcanzar.
¡Oh, puchaina de mil colores,
Desaparecida en la sombra estás!
Los árboles te dieron cobijo,
En Anekakanekulo siempre vivirás.
En el bosque de Anekakanekulo,
La puchaina aún sigue allí,
En cada rincón, en cada árbol,
Su espíritu libre jamás morirá.