En la cruz, Jesús se ofreció
Por nuestros pecados, su vida entregó
Con amor y dolor, su alma se partió
Y con su muerte, nuestra salvación compró
Sus manos y pies, con clavos fueron atravesados
Su cuerpo sangrante, por nuestro bien fue ofrecido
Pero la muerte no fue su fin, no fue su destino
Pues al tercer día, resucitó con gloria y divino
Con su resurrección, nuestra esperanza se renueva
Y con su amor, nuestra alma se revive
Jesús es nuestro Salvador, nuestra luz y guía
Y con él, nuestra vida tiene sentido y propósito